ESPONDILOARTRITIS AXIAL

El pronóstico de la Espondiloartritis Axial ha mejorado considerablemente en los últimos años, ya que cada vez se realiza el diagnóstico más temprano y se han incorporado nuevos tratamientos en la última década.

Tanto el diagnóstico precoz como el tratamiento temprano son claves para lograr el control de la enfermedad. Por ello, es de vital importancia seguir insistiendo en la divulgación del conocimiento de los síntomas entre médicos de atención primaria, traumatólogos y rehabilitadores, ya que son los que inicialmente asisten a los pacientes y, por tanto, deben ser capaces de reconocer las formas iniciales de la enfermedad.

El curso de la Espondiloartritis Axial es variable de un paciente a otro, ya que puede evolucionar en mayor o menor grado en el daño radiográfico a nivel espinal y en las articulaciones sacroilíacas. La columna vertebral puede volverse rígida, dando lugar a una disminución de la movilidad espinal y a una postura encorvada.

En determinados pacientes (aproximadamente hasta un 30%), la inflamación de la columna se puede transformar en una formación de hueso entre una vértebra y otra, dando lugar a rigidez y a una movilidad limitada. Existen ciertos factores que hacen empeorar la enfermedad, como ser varón, contar con el marcador genético HLA-B27, fumar, la inflamación continua, etc.

De ahí la importancia de la detección temprana para lograr una buena evolución de la enfermedad y comenzar un tratamiento precoz de rehabilitación, ejercicio físico  y  tratamiento farmacológico.